En la primera sesión se hicieron algunos de los ejercicios de Limpieza de oídos del compositor canadiense Murray Schafer: “Se empieza prestando atención a los sonidos. El mundo está lleno de sonidos, pueden escucharse en todas partes. Los sonidos más obvios son los que se pierden con mayor frecuencia, y la operación de limpieza de oídos, entonces, debe centrarse en aquéllos. Una vez que los estudiantes hayan limpiado sus oídos lo suficiente como para escuchar los sonidos que los rodean, podrán pasar a una etapa más avanzada y empezar a analizar lo que escuchan”.
La concientización auditiva y la descripición y reproducción de sonidos complejos fueron algunas de las estrategias para abrir los oídos. Cada ejercicio fue seguido por nutridas discusiones donde participó la mayoría de los estudiantes, acerca de nociones como:
RUIDO: El negativo del sonido musical, la señal sonora indeseable. ¿qué es ruido? ¿es lo que no nos gusta?
SILENCIO: La ausencia de sonido, el negro sonoro, la oscuridad auditiva total. Análogo al color, el ruido blanco es un sonido donde están presentes todas las frecuencias audibles. ¿existe acaso el silencio? El silencio de John Cage es un bolso lleno de posibilidades. Cualquier cosa puede romperlo.
SONIDO: El sonido corta el silencio (la muerte) con su vibrante vida. No importa cuán suave o fuertemente, está diciendo una cosa: “Estoy vivo”. Llamamos “ictus” al impacto sonoro, el acento que separa al silencio de la articulación.
TIMBRE: El colorido tonal, la estructura de los armónicos, la superestructura que distingue a un instrumento (o fuente sonora) de otro, dadas las mismas frecuencia e intensidad.
AMPLITUD: Fuerte – suave. Agregado de un tercera dimensión al sonido por ilusión de perspectiva. El sonido se traslada por la voluntad del compositor a cualquier punto situado entre el horizonte acústico y el tímpano.
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El sonido como materia 